Inventoras peruanas/Historias que inspiran a nuevas generaciones
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DIRECCIÓN DE INVENCIONES Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
Autora: Sofía Miñano Suárez
Editado por: Romina Paredes
Colaboradores: Beatriz Camacho y Nelson Cruz
Ilustradora: Alicia Ugaz
Diciembre 2021
INTRODUCCIÓN
Forjar una estrecha relación entre ciencia e igualdad de género resulta fundamental para contribuir con el desarrollo sostenido de un país. A pesar de que ello puede parecer algo evidente, las mujeres siguen enfrentando obstáculos para incorporarse o desempeñarse en el campo de las ciencias e ingenierías ya que, según muestran las estadísticas, menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres.
El Perú no es ajeno a dicha realidad. Sin embargo, en los últimos años, se ha podido observar que nuestra población femenina se involucra cada vez más en actividades inventivas. Prueba de ello es que el número de solicitudes nacionales de patentes con al menos una mujer nombrada como inventora aumentó de 7% en 2000 a 10% en 2010 y a 36% en 2020.
Tomando esto en consideración, la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías del Indecopi se ha trazado como meta hacer visible modelos positivos de mujeres, de las distintas regiones del Perú, que hayan sabido superar dificultades y estereotipos aun implantados en nuestra sociedad, para alcanzar sus sueños y utilizar su talento y creatividad en favor del oficio de las invenciones.
Para ello, la presente publicación exhibe seis casos de inventoras locales cuyas historias de vida, logros y trayectorias pretende inspirar a que más mujeres y niñas peruanas participen en los distintos ámbitos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, para así lograr un acceso y participación plena y equitativa en dichos campos; y que, además, han visto en las patentes un instrumento para obtener reconocimiento social, crecimiento profesional, independencia de activos e igualdad de derechos. Esto, a su vez se espera redunde en que, en las próximas generaciones, se forjen más inventoras en el país que propongan o brinden soluciones a los desafíos a los que se enfrenta la sociedad, acortando las brechas de género aun existentes, eliminando estereotipos a través de la educación, y sensibilizando a la sociedad en su conjunto.
Sofía Miñano Suárez
Autora

Wendy Lizbeth Polo Bermúdez (La Libertad)

Wendy nació en Trujillo. Es la cuarta de cinco hermanos y sus padres siempre les inculcaron el esfuerzo. Desde niña fue una estudiante muy dedicada y responsable. Wendy tuvo como referente a una persona cercana a la familia que trabajaba como enfermera y, en el momento dado, la motivó a seguir sus pasos. Así, luego de concluir la secundaria, decidió seguir la carrera de enfermería en la Universidad Nacional de Trujillo. Sus padres la apoyaron porque estaban seguros de que, si escogía lo que le gustaba, sería feliz y haría todo lo posible por ser la mejor.
En la universidad forjó su vocación de servicio hacia las personas. Realizó su tesis acerca del «Control de la Ira» y trabajó con jóvenes escolares para probar la efectividad de una metodología empleada para reducir de los efectos negativos de la violencia y la agresión en los entornos juveniles.
Debido a su constante afán de superación y su deseo de ayudar a los demás, Wendy se trasladó a Lima para especializarse en cuidados intensivos neonatales y pediátricos en la Universidad Cayetano Heredia. Consiguió sus primeros trabajos como enfermera en un policlínico y después en clínicas y hospitales grandes especializados en la atención de niños en estado crítico, como el Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña y de San Borja.
Como parte de un proyecto de sus estudios de especialización, se le solicitó investigar el problema de la contaminación de lúmenes de catéteres venosos centrales. Estos dispositivos se colocan en una vena grande en el pecho o en el antebrazo para administrar medicamentos, productos sanguíneos, nutrientes o fluidos en la sangre y se mantienen colocados durante la duración del tratamiento.
Durante un fin de semana de visita en su natal Trujillo y, tras un tiempo de investigación e inspiración, halló una solución para evitar la contaminación de los lúmenes de catéteres. De regreso a Lima probó la efectividad del prototipo de su invento y causó una excelente impresión a sus colegas. Luego de realizar mejoras y obtener la versión final del invento decidió patentarlo a sugerencia de una de sus docentes. En 2018, Wendy presentó su solicitud de patente de modelo de utilidad ante la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías del Indecopi para la invención denominada «Protector de lúmenes del cateter venoso central», producto que consiste en un protector de tela quirúrgica que, en su interior, cuenta con sujetadores tipo velcro para proteger los lúmenes.
En sus ratos libres, a Wendy le gusta leer, investigar y solucionar problemas cotidianos. Su principal motivación es seguir su camino como inventora para mejorar el cuidado de los pacientes. Considera que cuando uno se propone algo, es más fácil ser creativa e imaginar soluciones.
Wendy piensa que aún vivimos en una sociedad con muchas desigualdades. Por ello, la principal barrera que las mujeres de- ben vencer es superar sus propios miedos y prejuicios, apoyarse entre sí y decirse unas a otras que debemos creer en nuestras capacidades. Su consejo para las niñas y jóvenes es que estudien mucho y que se enfuerzen, porque el conocimiento es la base del empoderamiento de las mujeres. También aconseja elegir una carrera que las haga felices, porque cuando uno hace lo que le gusta, se va a esmerar por dar lo mejor de sí.

Wendy indica que su interacción con Indecopi fue satisfactoria y sugiere que se continúe con el servicio de asesorías personalizadas, ya que esto la ayudó a orientarse y agilizar el trámite de su solicitud. Si bien ahora tiene su solicitud de patente encaminada, le preocupa la falta de información respecto de la parte comercial y las pautas que debe seguir para lanzar su producto en el mercado.
Wendy considera que su patente de modelo de utilidad, además del reconocimiento que obtuvo como inventora, servirá para ayudara la sociedad, en especial a los pacientes hospitalizados. En la actualidad trabaja en la Unidad Cardiovascular de Cuidados Intensivos, con niños en estado crítico. Su meta a mediano plazo es continuar especializándose en la carrera profesional que eligió.
«Siempre debemos creer en nosotras y decir: yo puedo y tengo que hacerlo»
-WENDY POLO-
Pamela Jackelin Casimiro Rivadeneira (Huancayo)

Pamela nació en Huancayo y vivió gran parte de su vida en Jauja. Tiene seis hermanos y desde niña destacó por su curiosidad e imaginación. A los seis años fabricó unas alas para su muñeca gateadora y construyó juguetes con diversos materiales reciclados.
En la adolescencia le gustaba ver documentales de la primera y segunda guerra mundial. Le llamaba la atención cómo las personas damnificadas consumían sus alimentos en situaciones adversas y deseó haber vivido en esa época para solucionar el problema de las raciones de alimentos durante la guerra.
A los doce años investigó acerca de los dispositivos para el calentamiento no convencional de alimentos y descubrió que, si bien existían algunos sistemas para ello (como las pastillas «Esbit» elaboradas a partir de alcohol), estos no lograban un calentamiento uniforme.
Así nació su curiosidad por inventar un dispositivo que permitiera tener cualquier bebida o alimento listo para el consumo con tan solo apretar un botón.
Después trabajó con su hermano en una empresa familiar de telecomunicaciones. Se convirtió rápidamente en la vendedora estrella de la región y aprendió sola todo lo relacionado al funcionamiento de los celulares.
Pamela ingresó a la Universidad Peruana Los Andes (UPLA), en donde estudió la carrera de Administración y Sistemas, mientras trabajaba para solventar sus estudios. Descubrió su inclinación por crear productos innovadores y lanzarlos mercado. Uno de estos fue un oso de juguete que pudiera traducir el llanto de un bebé. Construyó un prototipo que distinguía los diferentes tipos de llantos y luego identificaba la necesidad concreta del bebé. En 2010, postuló a un concurso auspiciado por WAYRA de la Fundación Telefónica. Si bien no logró ganar, Pamela ya había preparado un plan de negocio para sacar al mercado su innovador producto.
En aquel entonces Pamela tuvo que decidir si enfocarse en el lanzamiento del oso traductor de llantos de bebé al mercado o terminar con sus estudios universitarios. Como las posibilidades de llevar a cabo su proyecto eran muy limitadas en ese momento, debido a la falta de recursos económicos, Pamela decidió terminar sus estudios.
Luego de culminar la carrera trabajó como administradora. Su creatividad la impulsó a retomar su idea de crear un dispositivo para calentar de alimentos y desarrolló el invento denominado
«Envase autocalentable», el proyecto más retador en su trayectoria como inventora.
Pamela se acercó a la oficina de patentes del Indecopi para averiguar acerca del trámite proteger su invento. Gracias al apoyo de asesores del Programa Patenta, a fines de 2017, Pamela presentó su solicitud ante la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías. Luego decide profundizar sus conocimientos para

realizar el seguimiento al trámite de su solicitud de manera 23 exitosa y asiste a varias charlas organizadas por la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías del Indecopi.
Pamela recuerda algunas anécdotas cuando asistía a distintas ferias de productos. Algunos comentarios evidenciaron los prejuicios de nuestra sociedad, porque varias personas le decían:
«¡Qué buen invento! ¡qué interesante! pero… ¿Dónde está el inventor?». En otra ocasión la confundieron con la anfitriona del stand. Sin embargo, nada de esto la desanimó. Pamela estaba enfocada en lanzar su invento al mercado y así mejorar la vida cotidiana de las personas y crear su propia empresa.
Pamela afirma que su invento, que ella denomina «Smart container», le ha dado la mayor satisfacción a nivel profesional. En 2019 tuvo la oportunidad de viajar a la Exhibición Internacional de Inventos de Mujeres de Corea del Sur (KIWIE,
en inglés), en donde obtuvo importantes reconocimientos por su invento. Esto la llena de felicidad, la motiva a seguir luchando por sus sueños y a inspirar a otras jóvenes a incursionar en el mundo de las ciencias y la inventiva.
Una de sus metas a mediano plazo es lanzar su invento al mercado a un precio asequible y así ayudar a la sociedad. Su consejo final para niñas y jóvenes es que no dejen de soñar y luchar por sus sueños, porque a veces uno mismo no conoce su potencial hasta que no arriesga y lo hace. No hay nada imposible. Han existido y existen muchas mujeres en el mundo que han logrado cosas muy grandes en beneficio de la humanidad.
«La mujer también está hecha para lograr grandes cosas»
-PAMELA CASIMIRO-
21.03.2023 Stockholm