Elena Candiotte, sensibilidad y exquisitez hecha mujer y artista
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Introducción: Elena Candiotte, sensibilidad y exquisitez hecha mujer y artista. Una viajera del tiempo y del mundo, de las técnicas y los formatos, deja su natal Lima para volver a su añorada Europa. Sin embargo este vaivén que baila todos los ritmos deviene en vicisitudes y asombros, humores que vemos fielmente reflejados en su multifacé tica obra: estruendosos óleos, generosas esculturas blandas que dia logan con sus raíces y más íntimos recuerdos, de tela, de colecciones y recolecciones; esculturas sólidas de afilado vidrio, piezas de alta costura erguidas a base de formas sensuales, barrocas, fatales. Ele na transforma, pinta y crea con diversos materiales como una expe riencia continua; a lo largo de los años un material le llevó a otro, la búsqueda de soluciones le condujo a abordar diferentes técnicas, a apasionarse una y otra vez de diversas disciplinas del arte.










En sus palabras: “Mis primeros recuerdos huelen a mi casa, saben a colores lu minosos, sutiles o intensos según la hora y el día. Mis recuerdos están poblados de la magia blanca de mi madre que transformó siempre en algo bello y sor prendente lo que tocaba, del negocio de arte popular creado por mi abuela don de se amontonaban inesperadas maravillas, del súper poderoso poder de mi pa dre conocedor de los secretos más secretos de herramientas, motores, pernos y de cada fierro conocido o por conocer. Un día me daría cuenta que había vivido mis primeros años en el paraíso.
Hacia los 15 años descubrí la maleable e inalterable plastilina, tocarla me provo có un deseo de posesión irrefrenable, la desee más que todo lo que podía obte ner extendiendo la mano, me fascinó acceder rápidamente a concretar formas y
volúmenes. Fue el momento en el que visualicé mis prioridades, la primera era el arte, la situación perfecta era dibujar, realizar retratos, construir en volumen, per cibí las posibilidades creativas que se me presentaban aunque en ese momento era clarísimo: no podía pensar en nada lejano de la plástica.”









Esto afianza en Elena un poder especial y una curiosidad profunda que la llevan posteriormente a encontrarse con seres determinantes no solo para su carrera profesional sino en un sentido más bien espiritual, como el maravilloso Maestro Victor Humareda, referencia y amigo entrañable de Elena y su familia, la guían por un camino irremediablemente sensible y continuamente confortador, el del arte. A partir de este momento Elena comienza a relacionar el mundo en el que vive, la persona que encarna, su pasado, sus inquietudes y deseos con lo que
crea. Comienza a dialogar con hechos culturales que atraviesan su persona, el despertar de nuevos paradigmas sociales de género movilizan su postura ante el ejercicio de crear y el aproximarse a los materiales. Y no fue para menos, 30 años de pintura entre Perú, Bélgica y México, de nuevo de vuelta al Perú, reto ma una técnica ya conocida desde su infancia: la escultura, después de toda una vida, fue como haber llegado a un lugar conocido y del que siempre supo algo, como si un paisaje diverso ornara el mismo horizonte.
“Una pasión de siempre por el Corset me decidió a visualizarlo como el tema a tratar en escultura. El Corset es la prenda-objeto que se presta a todos los signi ficados y situaciones, se expresa, en todas las lenguas, relata historias de muje res de todas las culturas y de todos los tiempos.








Recomencé la escultura con corsets en terracota y siguieron experiencias en mallas, fierros, clavos, telas, papel…. Todo me mueve y me conmueve cuando se trata del tema del Corset. La experiencia en la búsqueda de variados materia les fue sumamente rica, lo que me conllevo a realizar Corsets en el tema de vio lencia de género, a profundizar en las Mujeres-Corsets….y en lo contrario …los Corsets-Mujeres que testimonian de vidas, tiempos y épocas que se confunden, el ayer y el hoy, lugares y países, lenguas, edades, como si, por lo menos en al gunos aspectos, la realidad de las mujeres estuviera ligada a ciertos patrones invariables y únicos.
Una de mis revelaciones es el vidrio, él ofrece incontables posibilidades de decir y expresar múltiples facetas ligadas a la feminidad, el vidrio, es simplemente fe menino, lo dice todo, habla con sus transparencias, su magia y misterio, no pen sé nunca en límites cuando imagine los Corsets en vidrio, bien al contrario, siempre visualice sus posibilidades como fuerzas y presencias femeninas. Pie zas de vidrio, transparencias, colores que yuxtapuestos se visten de otros tonos y formas hay veces rotas o quebradas, que yo resiento como palabras, hechos, detalles, que van definiendo un cuerpo que reconocemos por sus significados y su belleza, como un libro que cada uno lee a su manera a través de su propio espíritu.”
La vida y obra de Elena es una historia que continúa y que sin duda inspira lo creativa, lo abundante, lo yuxtapuesto entre su ojos, su mente y su prolija manu factura. La dulzura y lo apasionado en un mismo fruto que invitan a desconocer los límites entre objeto de deseo y arte manifestativo. El aplomo, la sabiduría, la inteligencia se unen en ella para encarnar una personalidad que juega, que muta y que se divierte con la seriedad precisa. Elena nos recuerda que la magia trans formadora del arte no reside en la inspiración, como si de un rayo divino se tratara, sino de la acción fecunda de comunicar alteridades estéticas que deto-
nen ideas, imágenes, sueños, recuerdos a quienes lo ven. Nos recuerda que este trabajo de vida, es tan potente porque involucra lo inefable, el conocimiento sensible, que moviliza e incide no solo en el intelecto sino en el alma, en el es píritu. Recovecos de la conciencia donde otros oficios y disciplinas del conocimiento tienen difícil entrada, es ahí donde reside la potencia del arte y la labor ardua de Elena Candiotte.








“Pero no se trata sólo de sentir y /o de sensaciones, crear no es cosa de inspira ción como si un estado de iluminación nos llegara a la hora precisa, antes que la obra se dé ¡hay que vencerse, es como escalar una montaña emprendiendo caminos hacia dentro descubriendo recodos hay veces insospechados. No por ello estas experiencias son sólo íntimas, nuestro yo esta unido al mundo así no consideremos este hecho como real nuestro arte expresa lo que reservamos para el mundo y vuelve a él, es decir, somos capaces de transformarnos, de cre cer en la medida en que buscamos ser mejores.
Ser mujer y lo que se desee ser, en la mayoría de casos comprende decidir abrazar tus fuerzas y emprender ese camino sin desmayo. Por generaciones ser mujer y artista ha sido una lucha y también una magnifica y definitiva experien cia.”
¿El arte es transformador? Sí, el amor también lo es. Un arte que habla de los afectos se transforma a sí mismo, de pedacería de vidrio descalabrado a en granes de cristal que sostienen cuerpos de aire femnizados, de reliquias des perdigadas a maletines de recuerdos que viajan pesado, de engranes esculpidos en acero antiguo a sombreros ambivalentes y potentes, y así la lista sigue y con tinúa por tubos de óleo que se transforman en labios, ojos, vestidos y piel, por estructuras diáfanas transformadas colores indelebles, por ropajes con incrusta ciones de palimpsestos temporales.
Metamorfosis, desfiguración, transfiguración: una mujer dentro de un fantástico caleidoscopio.
18.10.2021 Stockholm